jueves, 6 de diciembre de 2007

Día 24

De dónde procede esa búsqueda, esa necesidad de resolver los misterios de la vida cuando no podemos contestar ni a las preguntas más sencillas. Por qué estamos aquí, qué es el alma, por qué soñamos, tal vez nos iría mejor sin ir más allá, sin ahondar, sin anhelar. Pero la naturaleza humana no es así, ni el corazón humano tampoco, no es por eso por lo que estamos aquí. Y aun así nos esforzamos por marcar las diferencias, por cambiar el mundo, por soñar con la esperanza, sin saber a quién conoceremos por el camino, quién en este mundo de desconocidos nos cogerá de la mano, nos cautivará el corazón, y compartirá el dolor de nuestro esfuerzo.
Tanto luchar por un significado, por un propósito, y al final descubrimos que todo eso reside en nuestro interior, en nuestra experiencia compartida de lo fantástico y lo mundano, en la simple necesidad humana de buscar un alma gemela, de conectar, y de saber en el fondo de nuestro corazón que no estamos solos.

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